Es difícil verlos, pero en Vizcaya sobreviven -a menudo en lugares recónditos, marismas o zonas de alta montaña- al menos nueve especies de flora y fauna en peligro de extinción. Cuatro de ellas siguen a la espera de un plan institucional con medidas de protección, según el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco. Se trata del quebrantahuesos, el murciélago mediterráneo de herradura y dos plantas vasculares, la matricaria marítima y la pentaglottis sempervirens. Cuesta recordar su nombre y más aún encontrarlas en el paisaje.
Los planes de gestión, muy esperados por los naturalistas, avanzan despacio. La Ley de Conservación de la Naturaleza del País Vasco entró en vigor en 1994 y fue el año pasado cuando la Diputación aprobó las primeras medidas de protección para siete especies: el visón europeo, el cormorán moñudo, el paíño europeo y las plantas Pie de gato, Diphasiastrum alpinum, Genista legionensis y Ranunculus amplexicaulis. Cinco de ellas sufrían ya el máximo nivel de amenaza, estaban en peligro de extinción. En esta categoría se incluyen un total de veinte animales y vegetales en el País Vasco, aunque sólo nueve se han localizado en Vizcaya.
El PP va a presentar una iniciativa en las Juntas Generales para que antes de fin de año se aprueben los cuatro proyectos pendientes. «Los sucesivos retrasos son una hipoteca para nuestro patrimonio natural, ya que impiden adoptar medidas eficaces para preservarlo», critica el apoderado Arturo Aldecoa. A su juicio, el nuevo equipo del Departamento de Agricultura debe proteger también a otras especies protegidas con menor grado de amenaza como el buitre leonado, el alimoche, el pez espinoso o el milano real.
MURCIÉLAGO MEDITERRÁNEO
Un hogar en la cueva
En Las Encartaciones, en los montes de Galdames, se encuentra «la mayor colonia de murciélago mediterráneo de herradura de todo el País Vasco», destaca Sergio de Juan, portavoz de la asociación medioambiental Izate. Es una especie «gregaria». Los pequeños ejemplares -pesan entre 8 y 17,5 gramos- forman una gran familia y «se juntan para pasar el invierno», siempre en cuevas. Es su refugio y allí no toleran las 'visitas' humanas. Los deportes de aventura han dañado varias colonias en Andalucía. En Vizcaya, el plan de gestión «ya está redactado y debe aprobarse cuanto antes», afirma de Juan. «La ampliación de la cantera de Galdames va a tapar la entrada a la cueva si no se toman medidas».
QUEBRANTAHUESOS
En ruta hacia los Pirineos
En Vizcaya sólo se le ve de paso. «Viene por las sierras y se le ha visto en Orduña, en el Gorbea... no suelen quedarse por aquí. Están dos o tres años pululando por el norte de España y vuelven a los Pirineos». Gorka Ocio, de la sociedad ornitológica Lanius, cree que las mayores amenazas para estas aves, que están «en situación crítica», son los parques eólicos y la falta de muladares. «No olvidemos que es un buitre. Está bien decir que van a hacer un plan, pero hay que actuar. Si se ponen molinos en zonas de interés faunístico, no se hace nada». La esperanza para el quebrantahuesos reside en zonas escarpadas. En los Picos de Europa «hay un plan para la reintroducción de la especie que podría generar un corredor natural hacia los Pirineos».
MATRICARIA MARÍTIMA
La margarita de Urdaibai
Aunque sus flores recuerdan a las margaritas, el parecido es mera coincidencia. La matricaria marítima no se ve en ramos ni jarrones y sólo hay dos poblaciones en el País Vasco. «Una la encontramos nosotros en las marismas de Muskiz», dice Amador Prieto, del departamento de Botánica de la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao. La otra está en Busturia. El informe sobre flora vascular amenazada en el País Vasco reconoce que «no se sabe por qué no aparece en otras de Urdaibai donde existen hábitats adecuados para su supervivencia». Ella se hace de rogar. «El problema es cómo hemos tratado el litoral en toda Europa», comenta Prieto.
PENTAGLOTTIS SEMPERVIRENS
Esbeltas flores azules
Llama la atención por su esbelto tallo, de hasta casi un metro de altura, y por el color azul de sus flores. En Asturias «es muy abundante. Incluso se puede encontrar al borde de la carretera», afirma Amador Prieto. La planta busca suelos «húmedos y ricos» y sabe integrarse en diversos paisajes,desde los márgenes de vías de comunicación hasta los bosques de frondosas. En el País Vasco hay poblaciones en Álava y en Vizcaya, cerca del límite con Cantabria. En una de sus salidas, la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao, que hace estudios sobre plantas, encontró una en Sopuerta. Está más extendida que la matricaria marítima y algunos expertos creen que debería rebajarse el grado de amenaza y catalogarla como especie rara.